El periodo del instituto donde podemos pasar mañanas inolvidables. Es como una segunda familia y no podemos dejar de creer en eso. Tenemos que esforzarnos. Defender las relaciones. Renovarlas. Tratar de atrevesar el tiempo sin perderse. Lo cierto es que todavía estamos aquí. Nosotras. Dispuestas a dejarlo todo para vernos unas horas. Que maravilla. Tengo muchas ganas de salir, de reirme sin más, de comer con ellas un buen helado. Gracias, sí. Gracias a nosotras. A nuestro modo de ser. Al hecho de que, a pesar de todo, seguimos aquí. Cuando me pasan esas cosa...y que feliz me siento cuando se lo cuento a ellas. Ellas, que siguen estando a mi lado, si bien ahora son más mayores y un poco distintas. Mis amigas. Desde siempre. Como siempre. La amistad es un hilo sutil e indestructible que atraviesa la vida y todos sus cambios. Amigas.
No importa lo antiguas o recientes que sean las fotos, si nos peleamos o sin nos perdonamos, si reimos y si lloramos, si hacemos tonterias o estudiamos, lo verdaderamente importante es que lo hacemos juntas, y siempre las llevaré conmigo. Y sé que dentro de unos años caminaré por la calle y veré a alguien con una de sus colonias. Echaré la vista atrás, recordaré y sonreiré.
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